Todos/as
sabemos lo difícil que resulta nuestro trabajo, pero mucho más
difícil les resulta a las/os verdaderas/os protagonistas de las
historias, de las vidas en las que, generalmente, nos dejan
participar.
Irrumpimos
en la vida de las personas; “de repente”, y en un espacio muy
corto de tiempo, de la noche a la mañana tenemos y pretendemos estar
al tanto de sus dificultades y de las potencialidades de todas esas
personas para poder acompañarles en un proceso bastante complejo de
aprendizaje y cambio.
“Aprendizaje”
y “cambio”. Dos palabras que por lo menos a mi, me resultan
difíciles de encajar, sobre todo en ese “espacio corto de tiempo”;
y mucho mas cuando uno de nuestros criterios educativos para encarar
el proceso es el “vinculo” hacia las personas, conocerlas a ellas
y a su entorno y que nos conozcan es, uno de los primeros pasos que
va a marcar el camino a seguir.
Realmente
creo en lo que hago y por eso seguire intentándolo una y otra vez,
entrando por puertas, ventanas o derribando muros. Pero no se le
puede olvidar a nadie que trabajamos con personas, y que son estas y
su realidad las que han de marcan el ritmo y de ninguna manera hemos
de prentender que manuales y protocolos, que no se ajustan a la
realidad, sean los protagonistas de nuestra tarea educativa.
Excelente texto: "Pero no se le puede olvidar a nadie que trabajamos con personas, y que son estas y su realidad las que han de marcan el ritmo y de ninguna manera hemos de prentender que manuales y protocolos, que no se ajustan a la realidad, sean los protagonistas de nuestra tarea educativa." Cosme
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