miércoles, 21 de marzo de 2018

Una propuesta desde la práctica. Acompañamiento social: construyendo relaciones que transforman


El pasado miércoles 14 de marzo de 2018 fuimos invitados a la presentación de la publicación “Acompañamiento social: construyendo relaciones que transforman” del Observatorio del Tercer Sector de Bizkaia, en la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco. Nos acompañaron Raúl Castillo, Israel Alonso, Beatriz Oliveros, Clara Natividad, Iñigo y Roberto.


La práctica del acompañamiento social se ha ido abriendo camino en multitud de sectores de la intervención social, no obstante, advertimos las notables diferencias que existen, a veces antagónicas, entre las diversas formas de acompañar que recorren la amplia red asistencial.

Una propuesta: acompañar en la elaboración de un saber propio

El saber que interesa a nuestra práctica es aquel que se va depositando poco a poco en cada uno de nosotros apropósito de nuestras experiencias y coyunturas vitales. Se trata de un saber que a menudo es ignorado por nosotros mismos, sin embargo, esa cualidad no le resta su potencia, es más, le dota de una potencia singular, orientando nuestras vidas.

No se trata entonces ni del saber técnico ni del conocimiento universitario, sino de hacer emerger ese saber, a veces ignorado, que está del lado de la persona que atendemos. Un saber, el de cada uno, que nos permitirá organizar nuestro lazo social. Un saber con el que circular por el mundo y habitar recorridos posibles. Un saber que hará posible, para cada uno, encontrar su lugar y su estilo.

Para poner en circulación este saber, que está del lado del sujeto, se necesita un tiempo y un vínculo. Una relación a la que llamamos transferencia. Dar un tiempo, escuchar, preguntar, sostener. Soportar la transferencia. Soportar el vacío, el dolor y la angustia, es consustancial al encuentro y al lazo social en el trabajo con personas.

Nuestra práctica nos enseña que el saber se construye poco a poco, y que para ponerlo a nuestro servicio, usarlo y desplegar sus implicaciones, es necesario un Otro. En nuestro caso, una institución que pueda acoger este saber, localizarlo y promocionarlo. Para ello son necesarias, al menos, tres consideraciones.

  1. Que el profesional esté dispuesto a sostener una posición de confianza en las personas que se dirigen a él. Una confianza basada en la presunción de que hay un sujeto, y de que hay un saber (por elaborar). Que el sujeto tiene un saber sobre sí mismo pero que quizás aún no ha localizado sus coordenadas ni aquellos resortes que puedan hacerlo circular; servirse de él.
  2. En segundo lugar, es necesario que el profesional se coloque en una posición de no-saber. Es decir, no taponar con sus ideales (ideas) ni con sus conocimientos (programas) la falla por la que cada sujeto está constituido y que supone la puerta de entrada a su propio saber. No precipitarnos en nuestras interpretaciones, sino, más bien, acompañar en la elaboración de un saber propio; el de cada sujeto implicado.
  3. Una institución regulada, no dogmática, capaz de alojar las invenciones propias de cada sujeto implicado.
Bajo estas consideraciones, propongo una nueva definición del concepto de acompañamiento, compatible con las ya existentes en el programa asistencial. Acompañar a cada persona en la emergencia y elaboración de este saber propio.
Cosme Sánchez Alber
Técnico en intervención social