miércoles, 15 de mayo de 2013


¿SOMOS LOS Y LAS EDUCADORES SOCIALES, LA ASPIRINA PARA PALIAR LOS SINTOMAS DE ESTE SISTEMA?


En el quehacer de los últimos tiempos, me encuentro continuamente con situaciones de mucha dificultad  que traspasan los límites, no sólo de mis competencia y funciones , sino que impiden (no puede ser de otra manera) desarrollar mi trabajo socioeducativo : falta de ingresos económicos  para luz, agua, comida, etc. ; pérdida de vivienda o riesgo importante de ello; falta de trabajo; barreras insalvables para regularizar estancias... y así un largo etc.

El primer movimiento que me surge es cubrir, como sea, estas necesidades ....por otra parte bastante absurdo, porque ni siquiera suele ser un hecho o situación conyuntural que esa familia o persona atraviesa, sino algo estructural al que no le vemos final y que requiere en cualquier caso respuestas estructurales .

Me vienen a la cabeza frases que últimamente "he tenido" alrededor (siempre que me ocurre una cosa de estas, tiendo a pensar que algo tengo que hacer, con relación a estas ideas que se me quedan fijadas):
  • Menos es más
  • Doy mucho y el otro-a toma tanto que lo empequeñecemos, porque no lo puede devolver
  • Darle al otro aquello que es capaz de tomar 
  • No  tomar aquello que no podemos compensar
Estas tres últimas frases son de Joan Garriga que dice que todos y todas tenemos internamente como una libreta  como las de contabilidad con el debe y el haber que conviene tenerla equilibrada .

Así que lo que pienso y someto a vuestra consideración, son las siguiente cuestiones:

  • Cuando nos movemos aquí y allá , nosotros y nosotras y no la personas que en ese momento están pasando esas dificultades , buscando recursos, solicitando ayuda....... para ellos y elllas ¿en que posición les dejamos? ¿que pasa con el empoderamiento a las personas, que pasa con la restitución de su dignidad, que lazos de dependencia, gratitud y deuda generamos?  y lo más importante:
  • ¿se podría hacer de otra manera  en que realmente empoderamiento, dignidad, protagonismo, tuvieran algún sentido en esta situación?. 
Otra reflexión más . Si las respuestas a un situación social grave estructural, tienen que ser estructurales y 
nosotros y nosotras seguimos cubriendo  las necesidades de las personas , más bien mal que bien, hasta que punto estamos haciendo invisibles situaciones que tienen que salir a la luz, hacerlas visibles o dicho de otra manera ¿hasta que punto, los y las educadoras nos estamos convirtiendo en las aspirinas del sistema? (esto no es mio, lo vi hace unos días en otro blog -interesante)

Hay alternativas, dentro de nuestro quehacer diario a este estado de cosas?. Yo creo que sí, pero para ello es necesario no dejarnos llevar por la "inercia" , pensar en alternativas , pensar que necesitamos respuestas nuevas a situaciones nuevas....., y sobre todo pensar en esas palabras que reflejan una posición y una forma de hacer: Dependencia -vs-empoderamiento; sujeto pasivo -vs-protagonismo; paciente -vs - responsable
Etc.
Inés - Educadora confusa

1 comentario:

  1. Excelentes interrogantes. Así es cómo se construye, pensando sobre lo que uno no sabe. Enhorabuena por el artículo. Cosme

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