No es tiempo ahora para preguntarse
los porqués, los cómo ha sido posible,... ni de sacar conclusiones facilonas y
vacías de contenido reflexionado. Esto tendrá que venir días después mediante
un proceso de valoración seguramente lento y cuidadosamente meditado.
Lo sucedido ayer en el piso de
acogida de Cáritas ciertamente nos plantea muchas inseguridades e interrogantes
que no cabe duda de que tendrán que ser analizados desde diferentes estamentos.
Desde nuestros equipos de trabajo, desde las personas que coordinan y gestionan
las entidades para las que trabajamos, desde la administración pública y especialmente
desde nuestros propios procesos personales.
Hoy, sin embargo, proponemos un
tiempo para la condena y la expresión más profunda y transparente de nuestra
rabiae impotencia; con las tripas en la mano...
Desde Aldarrikatu Gizarte
Hezitzaileak, queremos condenar el brutal ataque sufrido por la educadora,
mostrar nuestro apoyo y solidaridad a la compañera
víctima y a su entorno así como manifestar nuestra plena predisposición y
colaboración para futuras acciones que se lleven a cabo.
Aldarrikatu
Gizarte Hezitzaileak
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