Desde Aldarrikatu vamos
poco a poco dándole forma a esta propuesta que hemos dado en denominar “Entrar
en el Aula”. En este documento pretendemos dejar constancia de algunas de
nuestras reflexiones e interrogantes a modo de aproximación y como marco para
el trabajo con las Universidades.
1.
Una oportunidad para pensarnos.
Este espacio se articula sobre una creencia. Un cierto amor a la
profesión que se pone
en juego sobre la creencia de que existe un saber por
extraer[1],
por descubrir.
Una apuesta por hacer existir nuevos modos de pensar nuestra profesión.
Una apuesta por la dialéctica (y no la confrontación) entre dos mundos que en
realidad son la cara y la cruz de una misma moneda. Un deseo de albergar un
lugar de conexión entre dos saberes, el universitario y académico, y el
profesional o experiencial. De cara a la producción de una reflexión conjunta
en la conjunción de estas dos miradas: lo profesional y lo académico trabajando
juntos.
2. Reducir la fractura entre el mundo
académico y el profesional.
Este fue uno de los debates que se generaron en el pasado Congreso
Estatal de Educación Social de Valencia 2012: reducir la fractura entre el
mundo académico y el profesional, de manera que tanto unos como otros salgamos
ganando, aprendamos y hagamos posible una formación más adecuada a la realidad
de la acción
social y la Educación Social en nuestros días. Es por esto
que consideramos que esta iniciativa atiende a la virtud de lo contemporáneo y
responde elocuentemente a las necesidades mostradas por un amplio espectro de
las personas que nos dedicamos a la Educación Social en la actualidad.
En nuestra práctica, no son pocas las ocasiones en las que nos vemos
interpelados a preguntamos por nuevos lugares y maniobras que permitan poder
alojar a aquellas personas que no pueden seguir los itinerarios marcados, y que
nos convocan a nuevas búsquedas. Cada disciplina se ve
empujada a reinventarse, a investigar nuevas maneras de pensar la profesión. Debemos pues, ser
capaces de pensar en la actualización de aquellas viejas respuestas que antes
valían, pero que ahora, lamentablemente, quedaron caducas.
3.
Proponemos nuestra candidatura.
Aldarrikatu se ofrece para conversar y pensar juntos en las múltiples posibilidades
de colaboración entre el mundo universitario y el de la praxis educativa.
Entre otras modalidades de colaboración pensamos en formar o constituir
un grupo de personas del campo de lo universitario y del mundo profesional
dispuestas a trabajar de manera conjunta y permanente. Esto supone una apuesta que
consideramos de gran interés tanto para la
comunidad educativa como para la práctica profesional en la Educación
Social en nuestros días.
4. La producción del saber como el
fruto de una elaboración colectiva.
Este espacio supone un lugar de encuentro que pone en conjunción estos
dos saberes (lo académico y la práctica de la profesión) con la idea de generar
una colaboración, y una conversación permanente, en torno a la producción de un saber de manera
colectiva, un saber nuevo, capaz de acoger en su seno la particularidad de
nuestra profesión.
Advertimos, por tanto, la necesidad de articular espacios de trabajo
conjunto que tengan en cuenta los diferentes estratos que conforman el cuerpo
de la Educación Social: una mirada hacia
dentro, desde lo universitario, pero también hacia fuera, desde la práctica profesional.
5. La articulación de diversos
saberes… el trabajo en red.
Desde el punto de vista metodológico resulta del todo necesario pensar en
la articulación de los diversos saberes de las diferentes disciplinas,
sociales, clínicas, educativas o jurídicas, que intervienen en los contextos
académicos o profesionales donde nos movemos. En el sentido de interrogar el
trabajo inter-disciplinas, “entre varios”, donde cada disciplina o discurso
pueda establecer sus posibilidades y sus límites. Y lo que es más importante,
la centralidad del trabajo en red siempre debe ser la persona, la construcción
del caso.
6. Acoger la práctica educativa en la
institución académica.
Desde Aldarrikatu tenemos gran interés en hacer posible una formación
académica más completa e integral, y que, entre otras cosas, pueda ser capaz de
atender y acoger el saber que cae del lado de la práctica educativa, del ámbito
profesional. Aquí entramos nosotros, como colectivo de educadoras y educadores
sociales en activo, es decir, trabajando. Representantes, de alguna manera, de
la profesión.
Nos interesa crear espacios donde
lo académico se ponga en juego de una manera más dinámica, creando lugares y
encuentros donde participemos personas que nos dedicamos a la intervención
directa. Es decir, la posibilidad de incluir el ámbito de la práctica en el
contexto de lo académico.
7. Qué modelo de intervención social
proponemos…
Proponemos una intervención social ética, comprometida y transformadora,
capaz de atender a la subjetividad de cada persona y a los nuevos espacios de
construcción del lazo social en la actualidad. Atendiendo a una ética urbana,
social e integradora que cuenta con la comunidad como sujeto activo, destacando
el elemento social como punto de anclaje y orientación de nuestras actividades.
Comprometidos con nuestra profesión y movidos por el respeto que nos
producen las personas a las que atendemos pensamos que es necesario crear
espacios y tiempos nuevos para la reflexión, de cara a producir unas prácticas
profesionales que tengan en cuenta la subjetividad de nuestra época.
8. Ejemplos de nuestra práctica…
En nuestra práctica nos interesa una reflexión que nos permita
interrogarnos en torno a lo que damos en llamar “DILEMAS” profesionales, que pongan el acento en la construcción
del caso, en la persona, en el sujeto. “Dilemas” que surgen en el día a día de
nuestras prácticas, donde habitualmente nos encontramos con un exceso de
protocolarización y gestión de los expedientes, quedando relegado a un segundo
plano la atención a la persona, como el objeto principal de nuestra disciplina.
9. Que podemos esperar del ámbito
profesional…
Del ámbito profesional esperamos, entre otras cosas, ser capaces de
introducir temáticas a tratar, prácticas, metodologías, pequeñas viñetas e
interrogantes que afectan al espacio de la intervención social aplicada.
Por otra parte nos pensamos como educadores con un fuerte deseo, capaces
de promover investigación conjunta y aprender de los demás agentes e
interlocutores, tanto en el ámbito de lo académico como dentro del colectivo de
profesionales.
10.
Inventar nuevos espacios, nuevas respuestas.
Ante el reto que supone pensar sobre las nuevas maneras de entender la
Educación Social en nuestros días, no hay que llorar, mejor acordarse de Hanna
Arent cuando sostiene que las crisis son agujeros en lugares que estaban
cerrados.
Ser contemporáneo implica meterse con lo tenebroso de nuestros tiempos,
pensar nos aterra, pero sólo es posible si uno es capaz de discutir con los
viejos paradigmas. Poder pensar que algunas de nuestras respuestas quedaron
viejas, caducas, y que hay que reinventar nuevas respuestas, nuevos espacios
capaces de acoger la particularidad de la Educación Social en nuestros días.
Cosme Sanchez Alber
GIZARTE
HEZITZAILEAK ALDARRIKATU
[1] Etimológicamente el
término educar procede de la palabra latina duquere, guiar, extraer algo del
otro.
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